lunes, 16 de mayo de 2011

¿Y si fuera apnea del sueño?

Copio y pego del Instituo e investigación del sueño ...



SINDROME DE APNEA DEL SUEÑO
Hay personas que, además de roncar, sufren de manera repetida pausas de respiración cuya duración puede ser variable. Tienen mayor importancia médica aquellas cuya duración es superior a 10 segundos. Éstas, en ocasiones pueden alcanzar los 60 o 120 segundos, produciendo la natural ansiedad en la pareja. Es característico de la apnea que dichas pausas intercalen entre el ronquido.
La aparición de las apneas se debe a la existencia de un colapso total o casi total (se habla entonces de hipopneas) en el interior de la faringe. Las apneas suponen un cese transitorio de la respiración y no deben de confundirse con la parada cardiorespiratoria, ya que durante las apneas el corazón continúa latiendo. Al cesar la respiración, con frecuencia se produce una caída transitoria en los niveles de oxígeno de la sangre. Si las apneas son muy frecuentes, la persona afectada permanecerá buena parte de la noche con concentraciones de oxígeno en sangre bajas.
Una de las consecuencias más significativas de la apnea es la fragmentación del sueño: cada vez que se produce una apnea, ésta finaliza con un alertamiento de escasos segundos de duración, inferior al tiempo necesario para que por la mañana lo recordemos. La sucesión de estos microalertamientos (al menos tantos como apneas) hace la persona que tiene muchas apneas suele despertarse con la sensación de no haber descansado, aún cuando no recuerda haberse despertado. Suele sentirse dolor de cabeza al despertarse (que mejora al cabo de unas horas) así como sequedad de boca. A lo largo del día se siente cansada y nota somnolencia en situaciones sedentarias. Es característica la existencia de un aumento del riesgo de accidentes de tráfico (hasta siete veces superior al de la población normal) y de accidentes laborales. Suelen aparecer también cambios en el estado de ánimo como son la irritabilidad, la depresión, alteraciones en el rendimiento, o pérdidas de la capacidad de concentración y de memoria.
Cuando la apnea es severa, al margen de los problemas descritos, se produce un aumento del riesgo de enfermedades como la hipertensión arterial (más del 40% de los pacientes con apnea sufren de hipertensión), riesgo incrementado de cardiopatía isquémica (angina de pecho, e incluso infartos) y de accidentes cerebro vasculares. De no seguirse un tratamiento se produzca a lo largo de los años un cierto incremento de las cifras de mortalidad.
El riesgo de padecer este cuadro aumenta con la edad, alcanzando un valor máximo entre la quinta y la séptima década de la vida. Los factores predisponentes son los mismos del ronquido y casi todos los que sufren de apnea del sueño tienen sobrepeso más o menos importante. Es, por otro lado, una enfermedad típicamente masculina, con una incidencia en hombres 2,5 veces superior a la de las mujeres.
La prueba esencial para diagnosticar la apnea del Sueño es el estudio de sueño (también llamado polisomnograma). Requiere pasar una noche en el hospital. Es posible que el hecho de dormir en el hospital afecte a la forma en la que se duerme, pero lo esencial no es estudiar cómo se duerme, sino como se respira mientras se duerme. Se realiza una medición del flujo respiratorio, del esfuerzo que se hace para respirar, del nivel de oxigenación de la sangre, del funcionamiento del corazón, etc. En ocasiones, sin esta prueba resulta imposible excluir un cuadro de apnea del Sueño.
Tratamiento de la apnea del Sueño
En cuanto a las medidas a tomar en la apnea del Sueño, en todos los casos se deben de seguir unas medidas generales de prevención, similares a las enunciadas para prevenir el ronquido, pero dada la mayor gravedad de la apnea, conviene llevarlas a cabo con mayor empeño. De manera resumida son: disminución de peso, para hacer más efectiva la pérdida de peso suele ser conveniente ponerse en manos de un especialista en nutrición; intentar no dormir sobre la espalda; eludir la ingestión de alcohol o tranquilizantes; evitar el consumo de tabaco; realizar ejercicio moderado al atardecer.
Las medidas quirúrgicas pueden ser de varios tipos. Pero todas parten de una exploración por parte de un especialista en otorrinolaringología, en la que se examinen con detalle la estructura de las vías aéreas. El tipo de operación dependerá del lugar y de la importancia de las anomalías encontradas: si se halla en las vías nasales, puede realizarse una corrección del tabique nasal o una resección de pólipos, etc. Resulta más común la resección del paladar blando (operación generalmente denominada UFPP o uvulofaringopalatoplastia). En ocasiones se combinan varias técnicas o incluso se realizan de manera seriada en el tiempo. El porcentaje de pacientes que resuelven de manera definitiva su problema es de aproximadamente 30-50%, y no se garantiza la curación individual. En general, las probabilidades de éxito son mayores en enfermos no obesos, con una clara anomalía anatómica, en los que el cuadro de apnea previo a la operación no era severo.
El tratamiento de elección, al menos para los casos más severos es el tratamiento con presión positiva de aire (más comúnmente llamado por sus iniciales en inglés CPAP). Consiste en una mascarilla nasal, que se utiliza por las noches, siempre que se va a dormir y que se encuentra conectada por un tubo a un pequeño aparato que se coloca sobre la mesilla de noche. El aparato de CPAP hace de compresor de aire, emitiendo una corriente de aire que se respira y que evita que la vía aérea se colapse, permitiendo respirar con normalidad toda la noche. El porcentaje de pacientes que resuelven su problema mediante el CPAP es muy elevado (superior al 90%). Ya en los primeros días de tratamiento suele producirse una mejoría clara de la somnolencia diurna, así como una gran sensación de bienestar al despertar. No obstante, debe de tenerse en cuenta que el tratamiento con CPAP no es curativo y sólo es útil mientras se utiliza. En muchos casos suele emplearse mientras el paciente intenta la reducción de peso.
En definitiva, existen diversas modalidades de tratamiento de la apnea del Sueño. Su selección deberá realizarse de manera individualizada y de acuerdo a un plan que deberá haber trazado previamente con un especialista.




No me lo han diagnosticado ... pero me da en la nariz ... estoy en ello ... veremos ...

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